Hagamos un mini balance.
En mi opinión, en las primeras tres semanas de actividad, la Asamblea ha hecho cuatro cosas.
Primera, definió sus límites. Con el Mandato Constituyente número 1, se colocó por encima de las instituciones establecidas y de la Constitución que estaba vigente hasta ese momento. Sin embargo, el presidente de la República se encargó de demostrar que esos límites eran más estrechos y que él estaba por encima de la Asamblea.
Segunda, se organizó internamente. Con la expedición del Reglamento interno definió su estructura, su organización y sus procedimientos. Además, incluyó allí las condiciones en que se desarrollará el referéndum en el que se pondrá a consideración la nueva Constitución. Esto no debía constar en este instrumento ya que no tiene nada que ver con su estructura ni con su funcionamiento y además no era facultad de la Asamblea ya que, al haber sido aprobadas por la ciudadanía (el mandante de la Asamblea) en la consulta de abril, era un mandato inapelable.
Tercera, resignó su facultad de tratar temas estrictamente políticos cuando se abstuvo de tratar los hechos de Dayuma. Aunque personalmente nunca estuve de acuerdo con que pudiera intervenir en este campo, considero que esa decisión contradice su propia declaración de plenos poderes y de sustitución del Congreso.
Cuarta, comenzó a legislar. El tratamiento de la nueva legislación tributaria ocupó toda la tercera semana de actividades. En este aspecto sí asumió las funciones que, en condiciones de vigencia del régimen democrático y del Estado de derecho, le corresponden al Congreso.
Lo que no ha hecho hasta el momento es trabajar en los temas constitucionales. Nada sabemos acerca de la orientación que tendrá la nueva Constitución.
Por consiguiente, estamos frente a una situación bastante particular. Tenemos a una Asamblea elegida para hacer una nueva Constitución que no ha dado un solo paso en ese sentido, que se ha declarado de plenos poderes pero que no los ejerce a plenitud, que sustituye al Congreso pero sólo en los aspectos legislativos -no en los políticos- y que ha inaugurado una forma nueva de conflicto con el Ejecutivo.
Aparte de la preocupación por el retraso en la actividad central de la Asamblea, la de elaborar la nueva Constitución, todo lo vivido hasta ahora deja una gran incógnita sobre la vigencia de la Constitución y las leyes. No se sabe qué está y que no está vigente. Por tanto, no hay claridad sobre los derechos y garantías de los ciudadanos. Pero a la vez, la propia Asamblea puede verse en problemas cuando deba resolver conflictos con el Ejecutivo o con otras instancias estatales (como los municipios y consejos provinciales) ya que no sabrá a dónde debe acudir para hacerlo. Lo peor que podría ocurrir en ese caso sería que se deje la solución en manos de la fuerza.
sábado, 22 de diciembre de 2007
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2 comentarios:
Don Simón.
En mi opinión las cosas en la asamblea funcionan exactamente como creo todos lo teníamos previsto... Sus cuatro etapas son precisas y me parece poco realista esperar que hubiesen sido de otra forma.
1) Colocarse sobre los poderes constituidos... ¿alguna novedad en esto?
2) Organizarse para iniciar su trabajo... yo lo habría hecho igualito.
3) No meterse en el tema de Dayuma...incluso usted está de acuerdo que no se debía entrar ahí.
4) Desplazar al Congreso... Ninguna novedad.
Por lo que cuando Ud. dice que la asamblea no ha hecho nada de lo que tiene que hacer, estoy en desacuerdo porque ha hecho exactamente las cosas que tenía que hacer. ¿Me pregunto Don Simón si usted habría hecho algo diferente o pensaba que algo iba a ser diferente?
En el tema de Dayuma, pienso que raya en lo infantil (por no decir perverso) el tratar de desconocer que el presidente de la república tiene una enorme influencia sobre la asamblea... como decía en un comentario anterior, la gente no votó por los asambleístas, votó por Correa así que la asamblea deberá coexistir con un personaje de mucho poder político, tal es así que la asamblea debe su existencia a este señor y no al contrario.
Quiero aclarar algo, yo no estoy aquí para defender a Correa, ese señor se defiende solo, es más, yo también quiero ser de los que critican el modelo para tratar de hacerlo mejor... así que ahí va mi critica.
El principal problema que tenemos en Ecuador es que votamos por personas no por ideas... Los ecuatorianos estamos acostumbrados a no pensar, no decidir, no participar. Viene un político y ofrece el oro y el moro y listo votamos por él, viene otro y ofrece espejos de colores y listo votamos por el, y eso no tiene que ser así... Nosotros deberíamos establecer los grandes objetivos nacionales y los políticos deberían limitarse a cumplirlos... Me explico mejor, la gente debería votar por proyectos nacionales, regionales, locales, cuales fuere mientras que el ejecutivo debería estar al mando de gente de carrera que pueda llevar el proyecto a buen puerto. Nunca deberíamos votar por personas.
Mi critica va contra el modelo actual, no contra algo coyuntural como el presidente actual, creo que es notorio que un cargo de presidente con tanto poder concentrado en una sola persona tiene mucho riesgo, porque si bien hoy el presidente puede ser muy bueno mañana este puede ser muy malo. Si solamente pudiésemos cambiar esta parte de la constitución, se imaginan cuanto ganaríamos en estabilidad.
Un saludo para todos.
el texto constitucional deb ser conocido por toda la ciudadanía con la debida antelación, por lo qwue los asambleaistas deben hacer público los artículos analizados para el aporte ciudadano y que el tema aprobado sea fruto del consenso general, caso contrario será una constitución sin la fuerza legal que da el contraro social.
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