domingo, 23 de septiembre de 2007

Otros temas

Me parece que la crítica de Don Juan y de otras personas a que en la Constitución se defina como oficial a una moneda específica puede abrir dos debates interesantes.

Primero, el que hace referencia en particular al dolar o a una moneda nacional. ¿Será conveniente que conste este tema en la Constitución? Creo que para responder a la pregunta podríamos dejar de lado el aspecto económico, esto es, los efectos que ha traído la dolarización y los que se pueden desprender de la desdolarización. Sin negar la importancia de ese asunto, no creo que es el más importante para un debate sobre los contenidos de la Constitución. Por tanto, les invito a debatir si, en términos constitucionales, éste debe o no constar en la nueva carta política. Veamos su pertinencia, sus efectos y consecuencias, así como su relación con la capacidad de toma de decisiones que deben tener los gobiernos.

Segundo, derivado de esto, me parece que un ejercicio interesante y muy útil para los futuros asambleístas sería el debate sobre los temas que no deben constar en la Constitución. En este sentido, hay dos tendencias en el constitucionalismo contemporáneo: la que impulsa constituciones resumidas o condensadas y la que se inclina más bien por las que llegan a tener un carácter casi reglamentario. Por tanto dejo planteada la pregunta cobre cuál de estas opciones conviene al Ecuador actual.

sábado, 8 de septiembre de 2007

El modelo económico

Varios de los participantes en este foro han abordado el tema, tan debatido en estos días en nuestro país, del socialismo del siglo XXI. Sugiero que lo tratemos dentro de la visión del modelo de economía que podrá definirse en la Constitución, ya que lo que conocemos sobre esta propuesta hasta ahora es básicamente su componente económico (especialmente la aplicación de la ley del valor, formulada por Marx sobre la base de los trabajos de David Ricardo).

En mi opinión, la aplicación de aquel principio que busca reconocer la retribución al trabajo por las horas invertidas está planteada como una utopía, como lo dijo el Presidente Correa en su intervención en el seminario realizado en Quito. Y él mismo se encargó de decir que la utopía, igual que el horizonte, se aleja con cada paso que damos hacia ella. Por tanto, no creo que éste vaya a ser un tema de debate en la Asamblea.

Sin embargo, permítanme referirme brevemente a esto, ya que me parece que hay una mala comprensión de la propuesta de Marx, lo que resulta incomprensible en una persona de los conocimientos y la erudición que demuestra el señor Dieterich. Si uno revisa El Capital encuentra claramente diferenciados los distintos tipos de trabajo, de acuerdo a las calificaciones requeridas para cada uno de ellos. Si esas calificaciones se miden en la misma unidad, esto es, en horas de trabajo, entonces la mayor calificación debe ser reconocida como lo que es: un conjunto acumulado de horas de trabajo (de estudio, de capacitación, de experiencia). De esta manera, el trabajo de una persona que maneja una maquinaria muy compleja -y que requiere de profundos y amplios conocimientos que han demandado muchas horas de estudio y de preparación; en síntesis, de horas de trabajo- no tiene el mismo valor que la persona que debe hacer limpieza de la habitación en que se encuentra esa maquinaria y que requiere de menos preparación. Esto es así desde el punto de vista de Marx. Es posible que el señor Dieterich y sus seguidores quieran ir hacia algo diferente cuando sostienen que todos los trabajos deben tener una única medida en términos de remuneración. Pero, entonces ya no están hablando de la ley del valor, sino de una forma de justicia social que se acerca más al ideal de J. J. Rousseau que al de Marx.

Pero, en el fondo esto es solamente una digresión, ya que estoy seguro de que lo se tratará en la Asamblea no será algo tan complicado, sino algo mucho más realista y terrenal. Me parece que allí se planteará el debate sobre el mercado y el Estado. Por tanto, les invito a abordar ese tema.