domingo, 24 de junio de 2007

Nuevos aportes

Les sugiero revisar con cierta frecuencia los diversos temas del blog, ya que siempre se encuentran nuevos comentarios.

domingo, 10 de junio de 2007

Relación entre poderes

De acuerdo a las propuestas colocadas en el blog en estos últimos días, parece que la relación entre poderes nos pone por delante la disyuntiva entre presidencialismo y parlamentarismo. Personalmente creo que esa es la manera en que debe plantearse el problema, aunque considero que la solución puede encontrarse a una cierta distancia de cada uno de los dos extremos. Veamos un par de razones.

Los estudios comparativos demuestran que los regímenes parlamentarios son más estables y duraderos que los presidenciales. La relación entre los poderes es más armónica en aquellos porque el ejecutivo nace del parlamento y porque este último tiene directa responsabilidad en la función gubernamental. Por el contrario, en el presidencialismo siempre hay una legitimidad dual, ya que ambos poderes son elegidos autónomamente y cada uno de ellos puede reivindicar su condición de expresión de la voluntad popular. De esa manera, siempre está latente el riesgo de enfrentamiento. Adicionalmente, en el presidencialismo el congreso no tiene responsabilidades directas en la gestión gubernamental, de manera que puede ser "constitucionalmente irresponsable".

Sin embargo, el parlamentarismo requiere una serie de condiciones, entre las que se destaca un fuerte sistema de partidos. Claro que aquí se puede hacer la pregunta del huevo y la gallina, ya que muchos autores sostienen que es el régimen parlamentario el que promueve la conformación de partidos fuertes, mientras otros advierten sobre el enorme peligro de un parlamentarismo con un sistema multipartidista extremo. De cualquier manera, lo cierto es que el régimen parlamentario requiere de un sistema de partidos fuertes, lo que quiere decir que junto a las disposiciones tendientes a la conformación del gobierno, al nombramiento de un primer ministro, etc., se requiere contar con normas que lleven a la conformación de un número reducido de partidos.

Siendo como soy un convencido de las ventajas del parlamentarismo, considero que en el momento actual de nuestro país sería casi imposible consolidar todas las condiciones requeridas, especialmente las que tienen que ver con la construcción de partidos fuertes.

Por el contrario, creo que sí podemos ir a formas intermedias, semiparlamentarias o semipresidenciales. Podemos, por ejemplo, darle al congreso mayores responsabilidades en la gestión gubernamental, de manera que no tengan cabida las actitudes de bloqueo. Para ello es necesario comprender que por responsabilidad se entiende una acción que debe ser realizada obligatoriamente y que por tanto acarrea sanciones. De esta manera, el congreso sería corresponsable de la gestión del gobierno y no un elemento de bloqueo de ésta.

Sugiero que miremos a la disyuntiva presidencialismo-parlamentarismo como una línea continua en la que caben muchas posibilidades. Algunas podrán estar más cerca del presidencialismo (serían semipresidenciales), otras podrían colocarse en un punto más cercano al parlamentarismo (semiparlamentarias). Posiblemente en uno de esos puntos se encuentre el diseño institucional más adecuado para países como el nuestro.

Claro que hay que recordar que cualquier arreglo institucional (incluso si se decide mantener el presidencialismo puro) debe ser visto como un sistema, esto es, como un conjunto en el que todas sus partes deben orientarse hacia un mismo fin. Cada una de ellas es el engranaje de una maquinaria.