domingo, 19 de agosto de 2007

Dos temas nuevos

Don Jaime propone un tema de sumo interés: el carácter del voto. Propongo que tomemos esta iniciativa y que debamos al respecto. ¿Conviene que mantenga su carácter obligatorio, como es actualmente, o deberíamos ir hacia el voto optativo o facultativo?

Sugiero que nos ocupemos tanto de los principios que deben regir a la toma de una decisión en ese sentido, como de los efectos que tiene cada una de las opciones.

8 comentarios:

Jaime dijo...

Le agradezco Don Simón haber considerado mi opinión al respecto del sistema de votación aplicado en nuestro País. Es una de las principales causas por las que nuestros políticos no mantienen un grado mayor de ética en su proceder, puesto que de todas maneras los ecuatorianos tenemos que votar, en la generalidad de las veces, por el menos malo. Si el voto dejara de ser obligatorio, nuestros políticos, estoy seguro, procurarían el voto luchando por este, preparándose, sirviendo al Pueblo conforme lo ofrecido, sin engaños, es decir, y aunque parezca repetitivo, mostrándose en todo momento con un proceder ético ante sus votantes. Es por esto que el voto debería ser VOLUNTARIO. Un detalle Don Simón: A nuestros políticos, no les conviene que exista el voto facultativo o voluntario, pues como se comportan en su diario vivir, muy pocos ecuatorianos nos acercaríamos a ejercer nuestro derecho al voto por "el menos malo". Gracias Don Simón

Anónimo dijo...

Considero que el voto debe ser facultativo. Esto promoverá una mejor calidad en las propuestas de los candidatos y también permitirá que las personas que sufraguen lo hagan con mayor conciencia de la consecuencia de su voto y no por el simple hecho de obtener un certificado.

Anónimo dijo...

Soy ciudadano español, casado con una ciudadana ecuatoriana, y he estado en Ecuador en varias ocasiones, y leo prensa: conozco algo. Opino que el voto, igual que en otros países más veteranos en estas lides, debería ser voluntario; es la única forma menos mala de que los políticos (mal necesario) oferten sus programas y traten de cumplir en la legislatura. Al mismo tiempo el pueblo debería tener una mentalidad participativa: la desgana y el hastío son caldo de cultivo de la corrupción; el pueblo debe ser el fiscal activo de la democracia. Gracias.

Anónimo dijo...

Voto facultativo, parlamentarismo y elección por listas tienen una característica en común: fomentan la estabilidad. En el primer caso, esto se da porque quienes acuden a votar son los electores comprometidos, quienes también suelen ser los ‘duros, aquellos que no cambian fácilmente su forma de votar. En el segundo caso, el parlamentarismo, la sumisión de un poder (el ejecutivo) evita conflictos que generan inestabilidad; además, los miembros del parlamento (o congreso) son profesionales (reincidentes), lo que facilita las condiciones para la convivencia. De ahí que no sea raro que partidos como la ID, el PSC, la UDC (DP), el PRE recurran frecuentemente a acuerdos circunstanciales, y los nuevos PRIAN y PSP ya vayan aprendiendo cómo hacerlo. Esta realidad de convivencia entre parlamentaristas no es ajena en otros países, americanos, asiáticos o europeos. El voto por listas también tiene efecto al sedimentar la hegemonía en el poder de los líderes de los partidos.

Para que un sistema funcione debe proveerse de salvaguardas; en el caso de los votos por lista, una solución paliativa a la hegemonía son las elecciones internas en los partidos políticos. Además los partidos deberán haber conformado una base representativa de la población total de electores; lo cual, como las elecciones internas en los partidos, no es una realidad todavía avizorable en el Ecuador. Las elecciones por listas no harían más que reforzar el caciquismo ya vigente.

El voto facultativo es cuestión activa de debate en algunos países que ya lo tienen porque incita a la despreocupación por aversión; en ese sentido, la realidad ecuatoriana del pasado, cuando votar era obligatorio y la multa simbólica, se podía tomar como una solución apropiada. Quien no deseaba votar podía no hacerlo ya que la pena no era grave (sin prisión, se cancelaba con poco dinero, copia de la cédula y cinco minutos en el tribunal electoral respectivo) pero al forzar a un trámite substituto evitaba que la gente no votase por despreocupación.

El parlamentarismo como ejemplo sólo es buen ejemplo en economías sólidas. Al someterse un poder, el parlamento adquiere vicios de autoritarismo poco democrático. Esas condiciones de insatisfacción general se refleja en el alto porcentaje latente de anarquistas. Si esa insatisfacción democrática se mantiene bajo presión es porque los otros índices de bienestar son elevados.

Definitivamente la estabilidad política trae beneficios porque provee continuidad (No hay peor gestión que la que no se acaba… y ese es el caso del Ecuador). Pero para llegar a esa estabilidad política se necesita madurez democrática. En el Ecuador, de a poco vamos saliendo del feudalismo político. Después de la hegemonía de cinco figuras que no se niegan a morir políticamente, vemos como aparecen y desaparecen partidos todos los días. Esa realidad es normal. Muchos fracasarán, pocos querrán hacerlo de nuevo y aprenderán a coexistir en consenso; lo cual es aprender democracia. Es muy probable que en pocos años el boom de los partidos políticos se reduzca; lo que estamos observando actualmente es un período de transición, mal llamado populismo. Pero el futuro y la estabilidad política realmente dependen de la solidez de las propuestas, como lo están demostrando ya algunos gobiernos seccionales.

No hay ningún estudio, ni antecedente histórico que demuestre el mejoramiento en la calidad del voto por ser facultativo. Es un sofismo con ínfulas elitistas. Tampoco se debe confundir comprometimiento ideológico con "conciencia". No creo que un lanza-piedras 'guevarista' tenga mayor conciencia de los problemas nacionales que un campesino; como tampoco creo que el nivel promedio de conciencia de un socio de 'El Condado' sea muy elevado… Talvez si pudiésemos mezclar el comprometimiento político de un lanza-piedras guevarista con la conciencia de los problemas nacionales de un campesino y sumarles el nivel de educación promedio de un socio de ‘El Condado’, tendríamos el votante ‘ideal’.

Anónimo dijo...

"Otro tema"

Después de tanta retórica, he decidido realizar un experimento, aparentemente no relacionado con la temática de la Constituyente. Para el cual necesitaré la ayuda del Sr. Pachano.

En el Artículo 24, del Capítulo 2 (De los derechos civiles), del Título III (De Los Derechos, Garantías Y Deberes), de LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA, se lee textualmente:

“Las leyes establecerán la debida proporcionalidad entre infracciones y sanciones. Determinarán también sanciones alternativas a las penas de privación de la libertad, de conformidad con la naturaleza de cada caso, la personalidad del infractor y la reinserción social del sentenciado.”

Sin embargo, en Artículo 81, del Capítulo II (De La Aplicación Y Modificación De Las Penas), del Título IV (De Las Penas), del Código Penal se lee:

“En caso de concurrencia de varias infracciones, se observarán las reglas siguientes:
1a.- Si concurren varios delitos reprimidos con penas correccionales, o uno o más de estos delitos con una o más contravenciones, se acumularán todas las multas y penas de prisión correccional y de policía; pero de manera que la multa no pueda exceder del doble de la más rigurosa; y la prisión correccional, de seis años;
2a.- Cuando concurra un delito reprimido con reclusión con delitos reprimidos con prisión correccional o una o más contravenciones, se impondrá la pena señalada al delito más grave;
3a.- Cuando concurran varios delitos reprimidos con reclusión, se impondrá la pena mayor;
4a.- Las penas de comiso especial en virtud de varias infracciones concurrentes, serán siempre acumuladas;
5a.- Cuando haya concurrencia de varias contravenciones se acumularán todas las penas merecidas por el contraventor, pero no podrán exceder del máximo de la pena de policía; y,
6a.- Cuando un solo acto constituya varias infracciones únicamente se impondrá la pena más rigurosa.”

Claramente el artículo 81 se opone al mandato constitucional de proporcionalidad de las penas. Entonces sugiero que el Tribunal Constitucional realice la corrección respectiva que sería algo así:

“En caso de concurrencia de varias infracciones, se observará la regla siguiente:
Si concurren varios delitos reprimidos con penas correccionales, o uno o más de estos delitos con una o más contravenciones, se acumularán todas las multas y penas de prisión correccional y de policía”

Realizar esta corrección simple, que no es más que aplicar la Constitución vigente, solucionaría en gran medida aquella discusión con pretensiones políticas de instaurar la pena de muerte o la cadena perpetua. Además, es susceptible automáticamente a las modificaciones que se hiciesen en las penas (por ejemplo, si se desease ampliar el tiempo de reclusión a los culpables de secuestro o asesinato). Pero, para someter una consulta de corrección (o aclaración) al Tribunal Constitucional existen mecanismos específicos. Entre ellos, según Ley del Control Constitucional:

“Art. 12.- Son atribuciones y deberes del Tribunal Constitucional:
1. Conocer y resolver las demandas de inconstitucionalidad, por el fondo o por la forma, de leyes, decretos - leyes, decretos, reglamentos y ordenanzas; y de ser el caso, suspender total o parcialmente sus efectos;”

“Art. 18.- La inconstitucionalidad total o parcial de una ley, decreto - ley, decreto, reglamento u ordenanza, ya sea por razones de fondo o de forma, podrá ser demandada por:
a) El Presidente de la República,
b) El Congreso Nacional, previa resolución mayoritaria de sus miembros;
c) La Corte Suprema de Justicia, previa resolución del Tribunal en Pleno;
d) Mil ciudadanos, cuya identidad se acreditará con la copia de sus respectivas cédulas de ciudadanía; y,
e) Por cualquier persona, previo informe favorable del Defensor del Pueblo sobre la procedencia.”

En resumen, se necesitan mil personas, que supongo pueden ser firmas acreditadas con las respectivas copias de las cédulas de ciudadanía, para realizar la petición de modificación. La cual se resumiría a enunciar que las modificaciones a las penas en las reglas 2da, 3ra, 4ta, 5ta y 6ta, del artículo 81 atentan contra el principio de proporcionalidad enunciado en la Constitución al instaurar formulas no proporcionales en la acumulación de penas.

Entonces, el experimento democrático está en marcha (Si el Sr. Pachano no lo censura). He expuesto mi planteamiento y lo dejo a consideración. Puede encontrar oposición, morir en el olvido, o ser tomado en cuenta por (por lo menos) 999 ciudadanos más. En el caso último, se requiere la voluntad de realizar el cambio, la cual se plasmaría en una carta, firmada (adjuntando fotocopia de la cédula). También se requiere un medio, o repositorio, para las intenciones de rectificación constitucional (para el envío de las cartas); propongo al Sr. Pachano como medio y repositorio.

Este experimento también es un ejercicio democrático. Porque tácitamente obligaría al señor Pachano a colaborar como medio práctico (y ya no únicamente teórico) de expresión democrática; aunque la propuesta tenga su aprobación o no. Además exige el acto (de enviar la carta) de las personas en acuerdo. Sea cual sea el resultado, sobre todo si es positivo, nos dejaría un ejemplo pragmático del ejercicio democrático porque no involucraría una pretensión política (politiquera es la palabra exacta); un ejemplo de que no necesitamos ensuciarnos con demagogia para ir cambiando las cosas.

La relación con la Constituyente ha de ser evidente para quienes sepan correlacionar causa y consecuencia. Se propone una intervención directa y participativa de los ciudadanos en la elaboración de las leyes; más allá del sectarismo en las discusiones al cual nos dirigen los electos.

Firmo (para cuestiones posteriores de verificación): 1712299575

Jaime dijo...

Don Simón:
Respecto a los comentarios que se han publicado respecto al derecho al voto, y considerando que es un tema de particular importancia y que, como era de esperarse, al no convenir a nuestros políticos debido especialmente a su bajo nivel de formación, preparación, discusión, etc. de los temas políticos, por nuestros políticos, en nuestro país(donde, en el mejor de los casos, se legisla por intereses particulares) le pido demos un paso más en este sentido y preparemos un documento, que con su respaldo, y el de varios de nuestros ciudadanos, tendrá el peso necesario como para ser tratado en la Asamblea. Me parece interesante el procedimiento que plantea Anónimo 2 (este documento con el respaldo de 1000 compatriotas comprometidos con el tema)
Creo importante comentar que la opinión de El Santo y Anónimo 1 respecto a que el Voto debería ser facultativo merecen particular interés debido a que los motivos que presentan son absolutamente válidos. Respecto al comentario de
Anónimo 2, debemos considerar que en las actuales circunstancias donde el voto es obligatorio, no se trata simplemente de obtener o no la papeleta de votación de una o otra manera, es un asunto de mayor relevancia y profundidad, se trata de un grado óptimo de conciencia ciudadana el que entra en juego en el ejercicio del derecho al voto. Se trata de un asunto fundamental: lograr, por medio del ejercicio del voto facultativo u optativo, un cambio radical en la mentalidad y conciencia de todo el pueblo del Ecuador, se trata de cambiar a nuestros políticos, y a nuestros conciudadanos. En gran medida, se trata de cambiar el futuro de nuestro querido Ecuador. Es decir, si en adelante, todos, gobernantes y gobernados, procedemos en todas nuestras actividades, tanto públicas como privadas de manera ética y con conciencia de nuestros actos, el futuro de todos va a cambiar para bien. Si los cambios se efectúan solamente considerando aspectos de momento como los que observamos proponen todos los días los candidatos a Asambleístas, nada, en el interior de los ecuatorianos va a cambiar y luego de un tiempo, volveremos a buscar una nueva Asamblea, una nueva Constitución. Con soluciones circunstanciales se obtienen resultados circunstanciales.

Respecto al tema penal, como propone nuestro comentarista Anónimo 2, voy a resumir en una frase que muy sabiamente fue dicha por Don Jorge Ortiz en un sobrio comentario en Hora 7 de Teleamazonas, respecto a las aplicaciones de penas en nuestro país "con los jueces que tenemos, no conviene a los ecuatorianos medidas penales como las que proponen, por captar votos, los diferentes candidatos a Asambleístas" Es una gran realidad, y debemos empezar por nombrar jueces que actúen conforme el Código de Honor de sus enseñanzas universitarias. Dicho código no se cumple sino en fallos "convenientes". Es decir, que nuestros Jueces vuelvan a las aulas universitarias, y en lo sucesivo, apliquen adecuadamente y a conciencia las leyes; de otra manera, cualquier cambio que se quiera hacer al respecto será, como dijo Simón Bolívar "he arado en el mar". Gracias Don Simón

Anónimo dijo...

En la actualidad el votante promedio es diferente al ciudadano promedio debido a alto ausentismo de los procesos electorales en nuestro país.
El voto optativo alejaría aún más al ciudadano promedio del votante promedio, con lo que los elegidos dedicaran sus esfuerzos hacia esos votantes promedios, y no a los que más requieren de sus esfuerzos.

Sergio dijo...

A quien bneficia el voto en plancha? obvio a los que lucran de la ignorancia a la que esta sometida nuestro pueblo, el que no sepa por quien votar que no vaya a votar y que no se queje por lo que decidimos los demas